A UNIÃO INDIVISÍVEL DOS TRÊS SAGRADOS CORAÇÕES

São José

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sexta-feira, 24 de janeiro de 2014

LLAMADO URGENTE DE JESÚS SUMO Y ETERNO SACERDOTE A SUS PREDILECTOS

 
¡MIS OJOS DERRAMAN LÁGRIMAS DE SANGRE Y MI CUERPO REVIVE SU CALVARIO POR CADA SACERDOTE Y MINISTRO DE MI IGLESIA QUE SE ME PIERDE!
Enero 24 de 2014 – 7:05 a.m.

LLAMADO URGENTE DE JESÚS SUMO Y ETERNO SACERDOTE A SUS PREDILECTOS
Que mi paz esté con vosotros, hijos predilectos.
La apostasía ha entrado a mi Iglesia, muchos de mis predilectos ya no creen en el misterio de la transsustanciación de mi Cuerpo y de mi Sangre; celebran mi Santo Sacrificio solo por cumplir con el horario que les corresponde de celebración de mis Santas Misas. En las homilías ya no se exhorta a la conversión, ni al arrepentimiento; muchos de mis predilectos ya no escuchan en confesión a mis hijos o si lo hacen es a las carreras. Mi Evangelio muchos de mis predilectos ya no se lo explican a mi pueblo; cuando mi evangelio habla de la existencia del infierno y los demonios es omitido y en muchas de mis Casas, el Santo Sacrificio de la misa es recortado. Hay celebraciones que escasamente duran quince minutos.


Muchos de mis hijos están perdiendo la fe por la negligencia y falta de compromiso de algunos de mis pastores; pastores que se han equivocado de vocación y que en muchos casos lo que les interesa no es pastorear a mi rebaño, sino lucrarse económicamente. ¡Pobres pastores, les pediré cuentas en la eternidad por todos sus ultrajes y falta de caridad para conmigo y mis ovejas! Miles de sacerdotes y Ministros de mi Iglesia se han condenado por su infidelidad y falta de compromiso a mi evangelio y doctrina de mi Iglesia.
Mi pueblo tiene sed de mi palabra y perece por falta de conocimiento. ¡Oh pastores infieles de mi Iglesia que andáis tan relajados, se os está olvidando el compromiso que adquiristeis conmigo y con mi pueblo cuando fuisteis ordenados! ¿Qué habéis hecho de los votos sacerdotales? La comodidad, el modernismo, la desobediencia y la impureza sexual, se han apoderado de muchos de vosotros. Me duele y entristece ver muchos seminarios y conventos donde el espíritu de Asmodeo se ha apoderado de ellos.
Los escándalos de impureza en el interior de mi Iglesia están acabando con las vocaciones sacerdotales; muchos de mis predilectos por sus bajos instintos y pasiones, desgarran mi carne y hacen brotar mi sangre a borbotones. Cada escándalo al interior de mi Iglesia es una flagelación que mi Cuerpo recibe. ¡Oh, cómo me duele ver la ingratitud, desobediencia e impureza de tantos de mis predilectos!. Mis ojos derraman lágrimas de sangre y mi cuerpo revive su calvario por cada sacerdote y ministro de mi Iglesia que se me pierde.
¡Pueblo mío, orad por mis Sacerdotes y Ministros de mi Iglesia que se han apartado de Mi!. Haced ayunos y penitencias por su salvación. La vida fácil y el modernismo de estos últimos tiempos están desviando del camino a muchos de mis Sacerdotes y Ministros. En muchos países mi Iglesia se está desviando del camino del Evangelio, el modernismo ha entrado en ella y está arrastrando a muchos de mis predilectos a la perdición.
Hijos predilectos, me duele y entristece ver como en algunos países de Europa mis casas están siendo modificadas y convertidas en cementerios y depósitos de cenizas humanas donde ya no se celebra mi Santo Sacrificio. ¡Mi casa es casa de oración y yo soy el Dios de los vivos y no de los muertos!. ¡No profanéis mis casas pastores infieles, porque mis casas no son cementerios; mis casas son templos de vida donde yo moro y me doy espiritualmente a mis hijos¡ Hay lugares para enterrar a los muertos, no destinéis mis casas para esto; respetad mis templos porque en ellos estoy vivo y real dándome como alimento espiritual para mi pueblo. Mañana cuando os presentéis ante mi, ¿qué me responderéis por el ultraje a mis casas? Recapacitad pastores de mi Iglesia, porque mis templos no son osarios para depositar materia muerta.
¡Mis casas son templos de vida y no de muerte!
Vuestro Maestro, Jesús, Sumo y Eterno Sacerdote.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad.